El pasado día 8, festividad de la Inmaculada, se me ocurrió hacer un cambio, de manera que en lugar de invitar a mi familia para celebrar mi santo a una comida o merienda, decidí ofrecerles un brunch.

El origen de la palabra brunch es americano, y resulta de la fusión de breakfast (desayuno en inglés) y lunch (almuerzo).

De esta manera se unen un desayuno tardío con un almuerzo temprano, que da como resultado una reunión informal y un menú fácil de elaborar.

Así que les convoqué a las 11´30.

Dispuse una mesa con gran variedad de alimentos.

PARA BEBER: Agua, zumo natural de mandarina, bloody Mary (imprescindible en un brunch) refrescos variados, leche, café, té, mouse de yogur.

SALADO: Unas medias lunas con salmón y otras con paté. Brochetas en las que inserté burguitos, pepinillos, tomates cherry, y una hoja verde. Kiche de calabacin pinchar en KICHE DE CALABACÍN Y CEBOLLA para ver la receta. Tartaletas con queso de cabra y nueces, ligeramente horneadas.

DULCE: Pastel de queso y uvas (publicaré la receta próximamente). Brochetas en las que inserté tacos de frutas (pera, manzana, platano, uvas, kiwi). Piruletas de chocolate, pinchar en PIRULETAS DE CHOCOLATE.

El resultado fue una reunión informal, que luego permitió a todos realizar las actividades lúdicas propias de un día de fiesta.